San Juan Bautista en Carabobo
Hermandades / Sociedades / Cofradías / Parrandas
Organizaciones que integran: devoción, prácticas y
permanencia de memoria ancestral
Clara Rosa Sánchez Pérez.
Docente. Observadora de la
cultura de tradición venezolana. Coautora de la Colección Alma y Baile de
Carabobo. Coord. Red de Patrimonio y Diversidad Cultural del
estado Carabobo / cla61@hotmail.com
(Especial) San Juan Bautista “aparece” la madrugada
del 1° de junio; las últimas horas del 31 de mayo, despiden a la Cruz en su
“bajada”. Momentos caracterizados por rezos, cantos devocionales; revestidos
por una atmósfera ritual de solemnidad; los celebrantes expresan alegría, afirman...
“San Juan llegó” y el ambiente se asemeja a lo que vivimos cuando llega el Año
Nuevo.
Quienes
participan sienten compromiso y devoción; por más de 3 o 4 generaciones, San
Juan Bautista vive en la cotidianidad de muchos de los asistentes y mantienen
vínculos sólidos entre habitantes de comunidades y poblaciones herederas por
transmisión.
Carabobo concentra un número importante de
localidades y poblaciones devotas, algunas ubicadas en el norte costero del estado, quienes destacan
por la antigüedad y permanencia de sus prácticas; que son el resultado de
procesos nacidos a partir del siglo XVII.
Un complejo
tejido cultural-devocional-ritual, modeló una particular forma de interpretar y
expresar la vida desde la devoción al santo; las Cofradías fueron el centro de
acción, encuentro e intercambio entre devotos, que llevó la celebración fuera de la Iglesia donde adquirió un
carácter familiar y comunitario. Nacieron Hermandades, Sociedades, Parrandas,
la manera de celebrar se convirtió en Parranda de San Juan, sus seguidores
pasaron a llamarse Parranderos.
Un
glosario identifica y da pertenencia a este universo devocional. Entre devotos
se entiende ser: Capitán de paño, Mariposa de San Juan, Burro de San Juan,
Capitán o Capitana de Mesa, Palitero; Mama de San Juan (no mamá), Banderero,
Parrandero; al igual que las formas de expresión: Sirenas, Sangueo, Golpe,
Cumaco, Tambora, Palito; distingue la ropa
que se estrena, la comida y bebida que se prepara, rezos, cantos, cargar al
santo, con el respeto a los elementos colocados en el altar, luz y agua,
atentos a la interpretación que los mayores indiquen de estos. El lenguaje
es... sanjuanero.
Este código ancestral, las responsabilidades
heredadas, la resolución de conflictos
sin quebrantar los acuerdos hechos en la fe; el respeto a la autoridad
de los mayores, la obediencia en cumplir las funciones asignadas, la convicción
espiritual, poseer fuerza y firmeza ante adversidades; conforman la base
fundacional de valores y principios que dinamizan la Fiesta a San Juan
Bautista.
Encuentran sustento y función en las Hermandades,
Sociedades y Parrandas, herencia de las primeras Cofradías; son el resguardo de
saberes heredados; que toma forma a partir del 1° de junio, su máxima expresión
se expresa el 23 y 24 de junio, víspera y día del santo, afirman que ese día es
mágico. Todo el mes es para celebrar a San Juan, hasta el día de la Virgen del
Carmen que despide al santo con la Entrega de Banderas y en algunos sectores es,
el día de San Pedro.
Desde 1886, se tiene referencia de la existencia de
la Sociedad de San Juan Bautista de Borburata en Puerto Cabello, localidades
vecinas son hermanas en la fe: el pueblo y Los Caneyes de Patanemo, Gañango,
Miquija, Goaigoaza, Rancho Chico, San Millán, Libertad, La Sorpresa y más.
Esta
sociedad, ha sido modelo para la organización de parrandas en diferentes comunidades
del estado: Canaima, Barrio América, 13 de septiembre en Valencia; en el Central Tacarigua de Carlos Arvelo mas
de 17 parrandas integran la Sociedad de San Juan de Guigue conformada desde la
devoción borburateña.
La
Sociedad de Goaigoaza, orientó en los años 70, los inicios de Tradición
Girardot en La Entrada; San Millán ha formado parranderos en Guigue y Valencia.
En Tarapío, cultores de Falcón, Yaracuy, Vargas y San Millán fundaron la
comunidad Brisas de Tarapío hace más de 40 años. Sus descendientes integran los
Tambores de San Juan, Cofradía que acoge a 11 comunidades vecinas con sus
santos.
En Guacara
Dilia Tovar (+) de Turiamo, formó desde 1958, las líneas de tradición en 16
parrandas del municipio. Diego Ibarra y San Joaquín han cohesionado sus prácticas:
San Juan de Bruna, Galita, La Toma, Dionisio, Julepe, los Trejos, el Cumaco de
San Joaquín, son un breve inventario devocional de la zona. El maestro aragüeño
Víctor Hermoso es referente en las comunidades de Bello Monte, La Raya, La
Isabelica en Valencia y en Mariara.
En Bejuma,
se encuentran, el San Juan de Canoabo y el de Chirgua. La Fundación Kaituco en Montalbán,
desarrolla un proceso de proyección de tradiciones que ha extendido raíces y Juan
José Mora cuenta con más de 10 parrandas de San Juan.
No es
difícil imaginar el ambiente y la energía que vive el estado, ante la
contundente devoción que profesa un número importante de carabobeños durante el
tiempo de San Juan. ¿Qué nos muestran los devotos a San Juan Bautista? ¿Qué pueden
enseñarnos? ¿Es posible reflexionar sobre el papel de estas Sociedades o Hermandades
como bases que resguardan saberes vinculados a nuestro sentido de identidad y
pertenencia? ¿Es posible reconocer ejercicio de ciudadanía, en comunidades
tradicionales?
Los
sanjuaneros, no descansan, se mantienen activos desde el diálogo intercultural;
apoyados en sus propias iniciativas, promueven encuentros en honor al santo.
El
Encuentro Internacional a San Juan Bautista, organizado por los Tambores de San
Juan de Brisas de Tarapío en Naguanagua, lleva 19 años de realización
ininterrumpida; un tiempo extraordinario de celebración que estrecha lazos desde
la memoria ancestral entre devotos del estado, el país y el Caribe... Tema para
otro artículo.
Oye San Juan, Oye San Juan, Oye San Juan
Oye San Juan mira la luz del poderoso
Mira la luna, las estrellas y el amor
Por eso canto y escucha siempre este tambor
Sangueo de Tarapío
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